Desde hace varios siglos, el sector agrícola ha incorporado nuevas herramientas tecnológicas con el fin de facilitar la utilización de los campos para los cultivos. A pesar de ser considerada como una industria altamente tradicional, lo cierto es que con la implementación de la tecnología en la agricultura se ha contribuido a las mejoras en la producción y en la gestión de los recursos utilizados, así como también ha provocado el aumento de la seguridad laboral.
Como en cualquier sector, hoy en día las herramientas tecnológicas resultan indispensables para la realización de las labores cotidianas; no obstante, el agrícola ha tenido una evolución mayúscula ya que gracias a estas innovaciones, se ha generado entre 30% y 45% de rentabilidad con respecto a las cosechas más tradicionales.
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¿Para qué sirve la tecnología en la agricultura?
El sector agrícola es uno de los que más se ha transformado en las últimas décadas; sin embargo, en comparación con otros sectores primarios como lo son el ganadero y el agropecuario, se ha tardado más en desarrollarse tecnológicamente hablando. La principal razón de esto es que, con los métodos tradicionales que se han utilizado desde siglos atrás, el margen de beneficio del sector era aceptable.
Sin embargo, con el crecimiento en la población y, por tanto, de la demanda de productos agrícolas, fue necesario crear nuevos modelos que permitieran redistribuir las actividades para así mejorar la productividad. Se espera que para el año 2050 se tenga que producir un 70% más de alimentos para 2 mil 300 millones de personas adicionales, por lo que la implementación de tecnología en la agricultura puede ser un factor de ayuda para abastecer a la población mundial.
Por otra parte, las políticas agrarias que han adoptado diversos países de Europa y América, han provocado una reducción de los fondos públicos destinados al sector agrícola, por lo que pronto surgió la necesidad de reinventarse y conseguir avanzar a un modelo menos dependiente de dichos fondos. Es así que con el uso de herramientas tecnológicas también pueden ahorrarse costes.
¿Cuáles son algunas de estas tecnologías?
- Big data. Este es una de las herramientas tecnológicas más importantes en diversos sectores y en el de la agricultura no se queda atrás. A través de la extracción de datos y estadísticas, se permite sacar conclusiones y definir qué tipo de agricultura es la más productiva de cara a afrontar las necesidades presentes y futuras.
- Drones. Estos ofrecen una monitorización constante y observación continua que ayudan a detectar posibles problemas de manera temprana como el control de plagas e incluso pueden prever posibles enfermedades de las plantas. Lo anterior permite actuar de inmediato antes de que los cultivos se vean dañados a largo plazo.
- Conectividad. Una de las tecnologías en la agricultura que ha tenido una mayor evolución en meses recientes es la de la conectividad, ya que, a través de aplicaciones y softwares, es posible controlar a distancia los diferentes elementos que intervienen en el proceso de cultivo, así como también permiten el control y gestión del proceso de producción.
- Automatización. Ahora es posible automatizar diferentes aspectos y elementos que intervienen durante las diversas fases de producción (como el riego o el clima en un invernadero) en función de los datos obtenidos y los registros previos realizados por herramientas como los sensores.
- Inteligencia artificial. Si bien esta es una herramienta que aún no es muy común entre los agricultores, lo que pretende es que se ayude a gestionar el cultivo y que llegue a realizar predicciones de las condiciones meteorológicas que influirán sobre el cultivo, para así implementar otro tipo de sistemas que eviten daños en los cultivos.
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¿Cuáles son los beneficios?
Como se ha mencionado anteriormente, gracias al uso de tecnología en la agricultura es posible reducir el coste de recursos como agua, energía o fertilizantes, además de que provoca un importante incremento en la cantidad y en la calidad de productos. Esto va de la mano con la sostenibilidad, ya que estas nuevas herramientas tienen en cuenta el impacto negativo para el medioambiente y buscan reducirlo, contribuyendo a crear procesos de producción más sostenibles y eficientes.
Por otra parte, hay un mayor conocimiento de lo que ocurre durante el proceso de cultivo debido a la utilización del big data; es por esto que también se mejora la toma de decisiones puesto que permite encontrar la solución más adecuada ante cualquier tipo de problema. De igual manera, el agricultor tiene un mayor control de todos los aspectos que influyen durante el cultivo y una gestión más completa de todos los recursos.
Aunado a esto, la automatización permite que muchos de los aspectos que intervienen durante la producción agrícola se hagan en un menor tiempo. Esto se traduce también en ahorro de costes, además de permitir una mayor optimización de los tiempos, lo que posibilita que los esfuerzos se concentren en otras actividades de mayor complejidad.
Sin dudas, la tecnología en la agricultura es un gran aporte para el sector, ya que trae diversos beneficios que favorecen a la producción de alimentos y bebidas.
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